Si el exalcalde de Xochimilco José Carlos Acosta fue capaz de reventar una de las 16 asambleas de Morena en la Ciudad de México, ¿por qué Julio César El Nenuco Moreno se iba a quedar atrás en eso de mostrar a las guindas quién manda en su territorio?
Como parte del plan para consolidar su presencia en la capital, la dirigencia de Héctor Díaz-Polanco organizó asambleas partidistas en la CDMX, en coordinación de los alcaldes emanados de la 4T.
Los primeros eventos fueron miel sobre hojuelas para Díaz-Polanco y su tribu; el desorden lo puso Acosta en Xochimilco, donde hace dos semanas se encabritó porque su partido había invitado a la alcaldesa Circe Camacho, a quien aborrece. El exalcalde advirtió a los organizadores que si no bajaban del presídium a Circe y lo ponían a él, no respondía por la seguridad de nadie.
Por prudencia —según los dirigentes—, el evento fue cancelado, aunque más tarde líderes de la zona y diputados de su partido realizaron un evento de carácter extraoficial sin la presencia de su dirigencia.
Fue su primer descalabro en la capital del país, pero no el único. Una semana después, Díaz-Polanco volvió a sentir el desprecio de otro cacique; esta vez en Venustiano Carranza.
A punto de arrancar su evento, y con el salón atiborrado de trabajadores de esa alcaldía, hizo su aparición estelar El Nenuco. Caminó al presídium, pero al ver que su nombre no estaba ahí se indignó y abandonó el lugar.
Sobra decir que los trabajadores de la alcaldía que controla desde hace años comenzaron a gritar consignas como: "Sin Julio César no hay Morena en Venustiano Carranza"; antes de seguir a su líder, agredieron a la dirigencia guinda de la CDMX
Por lo visto, los caciques de la capital, provenientes en su mayoría del PRD, creen que sus territorios son sagrados e intocables, y que Morena tiene que pedirles permiso para entrar y, además, ponerlos al frente de sus eventos.
Nadie olvida que El Nenuco brincó a Morena para evitar que su hermano Israel Moreno —hoy diputado local— fuera procesado por desacato cuando fungió como alcalde también en ese territorio.
Fue por ello que Julio César dejó el PRD y buscó refugio con los guindas, a cambio de impunidad y de que le respetaran su territorio. Como el acuerdo lo hizo con Claudia Sheinbaum cuando era jefa de Gobierno, asegura que la Presidenta es su amiga y que cuenta con su protección.
Lo cierto es que Morena tiene lo que se merece; se llenó de puros caciques que lo único que buscan es el poder y el dinero; ¡qué con su pan se lo coman!.
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