Tabasco, la tierra de Andrés Manuel López Obrador ha dejado de ser un edén y se convirtió en un infierno.
Con 17 municipios y 2 millones 400 mil habitantes, la entidad del sureste mexicano, se encuentra en imparable espiral de descomposición.
Bloqueos, ejecuciones, extorsiones, robo de combustible, secuestros, tráfico de personas y piratería, que junto con el control de la prostitución convirtieron la entidad en un polvorín.
Todo lo anterior es el monstruoso alimento de los cárteles de la delincuencia organizada que se disputan a sangre y fuego la entidad.
A ello se le suman las diferencias políticas entre la administración saliente y la entrante a cargo del gobernador Javier May Rodríguez.
Frente a la inacción del gobierno estatal por frenar los índices de violencia, dirigentes, diputados, presidentes municipales y servidores públicos, marcharon en Villahermosa, en apoyo al gobernador.
Paralelamente, en el municipio de Cárdenas, fue encontrado el cuerpo sin vida del periodista Alejandro Gallegos León, director del semanario "La Voz del Pueblo".
La reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, ubicó a Villahermosa, como la ciudad donde el 95% de su población se siente insegura.
A finales de 2024, el propio Javier May, reveló que Hernán Bermúdez Requena, secretario de Seguridad Pública en los gobiernos de Adán Augusto López Hernández y Carlos Merino, era el líder del grupo criminal "La Barredora".
De hecho, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hizo alianza con "La Barredora" para ampliar su presencia en Tabasco y desplazar al Cártel de Sinaloa y otras bandas criminales.
Esa organización delictiva surgió de grupo de los Zetas, y con el paso del tiempo logró penetrar las estructuras gubernamentales y consolidarse con fuerza como grupo criminal.
Pero en 2024, el CJNG rompió su alianza con "La Barredora" e introdujo a la entidad sus propias células.
Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2024 registró la histórica cifra de 678 asesinatos al cierre del año.
Lo anterior significó un incremento en crímenes del 189%, respecto a 2023, año en el que Tabasco, todavía era considerado un edén como rima la popular canción.
El hecho concreto es que el gobernador Javier May, se ha mostrado impotente para ponerle un alto a la ola de violencia.
Y, por el contrario, se ha dedicado a repartir culpas. Pero por si eso fuera poco, organizó una marcha para que le echaran porras.
Eso no existe en ningún otro lado: es el Tabasco de hoy.
0 Comentarios