Rebeca Marín
Así como los empleados pueden padecer burnout, depresión o ansiedad, hoy en día, las empresas reconocen que sus colaboradores también son propensos al estrés financiero, lo que impacta su desempeño laboral, productividad y por ende, el crecimiento de la compañía.
"Durante años, lo que sucedía en la esfera personal de un colaborador se mantenía separado de su trabajo. Hoy en día, las empresas reconocen que sus empleados son personas integrales y que aspectos como la gestión financiera puede influir tanto como los problemas familiares en su rendimiento profesional. Esto las ha llevado a implementar asesoría psicológica para apoyar la salud de sus equipos, entendiendo que al hacerlo, no solo mejoran su desempeño sino también el de la empresa".
Así lo informó Yunue Cárdenas, Coordinadora del HUB de psicología de Affor Health, empresa especializada en gestionar y mejorar la salud psicosocial de las personas en las organizaciones al señalar que de acuerdo con una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 34.9 % de la población reportó experimentar alguna consecuencia física, como dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales o cambios en la presión arterial, cuando experimentaba preocupación por sus finanzas.
Además, el 30.7 % mencionó sufrir impactos psicológicos, como problemas de sueño o alimentación. De acuerdo con la especialista de Affor Health, el estrés financiero tiene un impacto directo en los colaboradores que puede manifestarse con mayores niveles de irritabilidad, falta de concentración, e incluso agotamiento mental.
"El estrés financiero existe y puede afectar todos los aspectos de la vida de una persona. La relación entre salud mental y tener una buena situación financiera es más estrecha de lo que parece, y quienes descuidan la primera, suelen tener dificultades para manejar la segunda, de manera efectiva", detalla Cárdenas.
Cuando los equipos de trabajo tienen acceso a apoyo psicológico para hablar sobre su estrés financiero logran estar más enfocados en el trabajo, e incluso manejar mejor sus gastos.
La integración de programas de educación financiera en las empresas se ha convertido en una estrategia clave para mitigar el estrés financiero entre los colaboradores. Al proporcionar talleres y recursos sobre gestión de presupuestos, ahorro e inversión, las organizaciones no solo empoderan a sus equipos, sino que también fomentan un ambiente laboral más saludable.
Al reconocer y abordar el estrés financiero, las empresas pueden beneficiarse de una cultura organizacional más resiliente. Los empleados que se sienten apoyados en sus preocupaciones financieras son más propensos a mostrar lealtad y motivación, lo que impacta positivamente en la retención de talento y la reducción de la rotación, apuntó Yunue Cárdenas.
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