Detrás del ataque a tiros del pasado 27 de enero contra agentes de la Patrulla Fronteriza en la frontera de Tamaulipas con Texas, en los límites de la comunidad de Los Guerra y el condado de Frontón, hay una historia que involucra a mandos de unidades militares desplegadas en esa área a quienes se acusa de brindar protección a grupos armados del llamado Cártel del Golfo (CDG).
La denuncia comenzó a circular esta semana primero en redes cerradas y después fue subida a una red social, y fue corroborada por fuentes militares adscritas a la cuarta región militar con sede en Monterrey, de donde depende la octava zona militar con cuartel en Reynosa que tiene jurisdicción sobre el 25 Regimiento de Caballería Motorizado (RCM) de Ciudad Mier y sobre la Guarnición Militar de Nuevo Laredo, ambos señalados en la denuncia.
En el escrito elaborado por quienes se identifican como soldados de estas unidades, se acusa al general Miguel Ángel Ramírez Canchola, comandante de la Guarnición Militar de Nuevo Laredo y al coronel Julio César Téllez López comandante del 25 RCM, "de recibir sobornos del Cártel del Golfo a cambio de brindarles protección y apoyo en la lucha contra grupos rivales". Ambos mandos "trabajan en conjunto (…) brindándoles información sobre operativos y acciones en su contra, lo que permite al grupo criminal eludir capturas y aseguramientos".
El escrito hace hincapié en lo que ocurrió detrás de aquel ataque a tiros contra la Patrulla Fronteriza, suceso del que circularon imágenes tomadas por un dron de los agentes estadounidenses. "Tenemos conocimiento que fueron los sicarios del Cártel del Golfo encargados de la Plaza de Miguel Alemán al mando de José Guadalupe Mendoza alias "Paleta de metal 3-5" y su segundo al mando apodado "Galleta". Los denunciantes aseguran que a ellos el coronel Téllez López les ordenó supuestamente por instrucciones del general Ramírez Canchola, que ese día tenían que quitar todos los retenes carreteros y puntos de inspección. "(…) Esto, entendimos, para darle paso libre a los gatillos del CDG que accionaron sus armas contra los agentes de la Bordel Patrol".
Sobre el armamento decomisado a la banda criminal contraria que se autodenomina Cartel del Noreste, cuya sede está en Nuevo Laredo, dicen que tanto fusiles de asalto tipo AR-15, AK-47, y Barret sí como cartuchos y granadas, son "vendidos al CDG y nos mandan a entregárselo ahí en el poblado de Los Guerra, municipio de Miguel Alemán".
Las fuentes militares consultadas sobre el escrito señalaron que se tomó conocimiento del contenido, pero no confirmaron si se abrió alguna investigación interna contra el brigadier Ramírez Canchola y el coronel Téllez López.
El ataque a los agentes de la Patrulla Fronteriza fue utilizado días después por funcionarios de la administración Trump para elevar el tono sobre el control territorial del crimen organizado al asegurar que en México los cárteles gobiernan con la complicidad de las autoridades. El caso de los mandos militares en Nuevo Laredo y Ciudad Mier y su presunta colusión con el CDG detrás del ataque a la Patrulla Fronteriza abonaría a ese dicho.
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