Este lunes fue el último día del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es su despedida.
Este martes, en le Cámara de Diputados, asumirá como primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
López Obrador dejará un Puerto de Acapulco devastado. En el anterior huracán no se ensució los zapatos.
Para las inundaciones de estos días, ni imaginar su presencia, prefirió estar nuevamente en Sinaloa y en otras entidades, antes que visitar a los damnificados.
Se tiene previsto que, durante su primer día de actividades, Sheibaum se traslade a Acapulco.
De ser así, marcará un nuevo derrotero en la forma de hacer gobierno, puesto que López Obrador rehuyó los reclamos, y prefirió las loas y los aplausos.
El político de Tabasco, se lleva tras de sí un rosario de violaciones a la Constitución y sus respectivas leyes.
Prácticamente, López Obrador fue un Presidente activista. Prefirió usar la tribuna de Palacio Nacional, cual orador de templete, antes que estadista.
Echó a caminar a media docena de aspirantes a sucederlo, con dos años de anticipación.
Realizaron una monumental pasarela con descomunales gastos con recursos de procedencia desconocida.
Dicho proceso, al margen de las leyes electorales, fue ignorado por el INE, a pesar de estar prohibido.
Nadie fue sancionado, si acaso una llamada de atención al presidente, pero no más.
El derecho a la libertad de expresión fue trastocado. Hubo constantes ataques a periodistas, y reconocimientos a los lord molécula.
Los ciudadanos votaron entre comillas, libremente, pero siempre con la sospecha de que su voto fue usado para un fraude monumental.
Los partidos de oposición compitieron en una mayúscula desventaja, frente a una poderosa e incansable maquinaria distribuidora de dádivas y programas sociales.
En todo momento y a toda hora, el 99 por ciento de las encuestas dio por triunfadora a Claudia Sheinbaum.
Los distintos medios de comunicación dieron cuenta de los sondeos que dejaban distante a Xóchitl Gálvez de la hoy presidenta electa.
La Fiscalía de Delitos Electorales desapareció del mapa de las impugnaciones. En ningún momento actuó en consecuencia.
Sin chistar, el Instituto Nacional Electoral (INE) le concedió una mayoría sobrerrepresentada a Morena y aliados en la Cámara de Diputados.
A toda hora, el Presidente actuó como jefe de campaña, cuestionando el actuar de Xóchitl Gálvez y los partidos que la postularon.
Una vez que triunfó Sheinbaum, López Obrador la llevó de la mano por el país en su gira de despedida. Presumió su victoria como propia.
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