El hecho de que en la toma de protesta de Clara Brugada como jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum haya saludado de mano a casi todos en Donceles y a Alejandro Encinas ni siquiera lo haya mirado, no es casual.
Es obvio que la relación entre la Presidenta de la República y el exsubsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de Segob en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está más rota que una piñata decembrina, y no se ve que tenga reparación.
Dicen que Sheinbaum no olvida que en plena campaña interna por la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno, donde su favorito, Omar Hamid García Harfuch, se llevaba de calle a Brugada, Encinas ofreció una conferencia para hablar sobre el tema de Ayotzinapa.
Como no queriendo, casi al final de la conferencia un reportero, con el que segundos antes había estado conversando Jesús Ramírez, en ese tiempo vocero de López Obrador, preguntó al entonces subsecretario si García Harfuch había participado en la construcción de la Verdad Histórica.
Se refería a la cuestionada versión que el gobierno de Enrique Peña Nieto dio, a través del procurador Jesús Murillo Karam, para intentar esclarecer las causas de la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, bandera que usó Morena en su campaña contra el PRI.
Sin abundar en los detalles, Encinas respondió que, efectivamente, Omar Hamid había estado en las reuniones donde se había construido esa Verdad Histórica.
Representó un golpazo contra el candidato de Sheinbaum, a quien finalmente tuvo que bajar para que Clarita ocupara el lugar. Y aunque es ya un hecho consumado, dicen que la Presidenta nunca olvida y, cada que puede, le muestra su desprecio al exsubsecretario.
Pero, al parecer, las cosas han ido más allá, pues Brugada nombró a Encinas titular de la nueva Secretaría de Planeación de Ordenamiento Territorial y de Metrópolis, que sustituyó a la antigua Seduvi, y con la que quiere obtener una fuerte influencia regional.
Sólo que recientemente, durante el anuncio de la construcción del tren México-Pachuca, que servirá también para conectar a la capital con el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Presidenta se hizo acompañar de varios funcionarios, entre ellos Roberto Capuano Tripp.
¿Que quién es él?, pues nada menos que el encargado presidencial del Proyecto de Desarrollo Sustentable del Estado de México, Hidalgo y Ciudad México, que, obviamente tendrá gran influencia en todos los asuntos metropolitanos.
El puesto de Capuano se parece mucho al de Encinas, sólo que detrás de él está la Presidencia de la República. No se sabe si su creación haya sido para cerrarle el paso al secretario o poner un dique a la propia Clarita, para que no mire más allá de la capital del país.
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