Martín Aguilar
Con el fin de promover la tradición del Día de Muertos y los ritos prehispánicos de las diversas culturas originarias, el pleno del Congreso de la Ciudad de México exhortó a las personas titulares de las 16 alcaldías a realizar las acciones necesarias para promover esta celebración nacional.
La tradición y significado de esta celebración, que se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre, y la relevancia que cobra en algunos lugares de la capital, que son los más visitados, particularmente en el pueblo de San Andrés Mixquic, alcaldía Tláhuac, festejo que la UNESCO declaró en 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia como expresión tradicional, integradora, representativa y comunitaria.
La propuesta de la diputada Adriana Espinosa de los Monteros García (MORENA) plantea brindar facilidades para que durante esta festividad se instalen romerías en las distintas demarcaciones y de esta forma impulsar el comercio local.
La legisladora Espinosa de los Monteros García narró que en la "época Prehispánica el culto a la muerte era uno de los elementos básicos de la cultura, cuando alguien moría era enterrado envuelto en un petate y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido al Mictlán, de igual forma le colocaban la comida que le agradaba en vida, con la creencia de que podría llegar a sentir hambre".
Explicó que el "Día de Muertos en la visión indígena implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos, quienes regresan a casa, al mundo de los vivos, para convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares puestos en su honor".
"En esta celebración la muerte no representa una ausencia sino una presencia viva. La muerte es un símbolo de vida que se materializa en la ofrenda.
En este sentido se trata de una celebración que conlleva una gran trascendencia popular ya que comprende diversos significados, desde filosóficos hasta materiales", abundó.
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