Éramos muchos y parió la abuela, reza el dicho popular cuando ocurre algo improbable o extraordinario que complica más aún tal o cual situación, tal o cual momento. Y eso es lo que está pasando con el proceso para designar al candidato o candidata de Morena al Gobierno de la Ciudad de México.
Y es que, por más inverosímil que parezca, Hugo López-Gatell se lanzará como aspirante a gobernar la ciudad capital. ¡Hágame usted el favor!
El subsecretario de Salud, sobre quien pesan serias acusaciones por el pésimo manejo de la pandemia provocada por el COVID-19 en México, piensa que tiene las cartas credenciales para buscar el voto popular.
Pero ha sido tan malo su desempeño en la prevención y promoción de la salud que no sólo se ganó a pulso el mote de Doctor Muerte, sino que existen 10 denuncias interpuestas por familiares de fallecidos por COVID, niños con cáncer y políticos que lo acusan de una mala gestión, escasez de medicinas y hasta violencia política.
La mayoría de las denuncias fueron desechadas, pero en mayo pasado un juez federal ordenó a la FGR reabrir una investigación para determinar si incumplió con sus obligaciones al gestionar la pandemia.
A pesar de eso, se tomó muy en serio el mensaje del presidente López Obrador para que compita todo aquel que sienta posibilidades y, como si no tuviera cuentas pendientes con los mexicanos, se inscribirá en el proceso morenista.
Se montará en la aventura a sabiendas de que tiene pocas o nulas posibilidades de hacerle sombra a quienes ya levantaron la mano, como Omar García Harfuch o Clara Brugada. Aunque más bien podría pensarse que López-Gatell quiere tirarle a lo grande para ver qué pesca en el reparto de candidaturas.
Le urge un manto protector, el fuero que sólo puede darle la Cámara de Diputados o el Senado, porque cuando concluya este gobierno se volverá sin duda uno de los personajes más cuestionados y perseguidos del sexenio.
Gane o pierda Morena la Presidencia en 2024, el Doctor Muerte será asediado por muchos. Recordemos que si con alguien tuvo diferencias importantes en el manejo de la pandemia fue con Claudia Sheinbaum.
López-Gatell se opuso al uso obligatorio del cubrebocas, mientras que la entonces jefa de Gobierno decretó todo lo contrario. Aunque la relación se complicó más el 26 de mayo de 2020, cuando Sheinbaum reconoció abiertamente que las cifras de fallecimientos por COVID-19 en la capital no coincidían con los datos de este personaje.
No fue el único traspié. El tema de las pruebas masivas y las vacunas también fueron un dolor de cabeza para todos, propiciado por la desinformación y mala gestión.
Con todo y eso, tiene en AMLO a su protector y sólo falta ver si Morena le da cobijo con alguna candidatura o lo deja a su suerte, como él dejó a miles de mexicanos durante la pandemia.
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