Rebeca Marín
El nerviosismo se ha vuelto el pasajero constante de algunos conductores de diversas plataformas, quienes, para trabajar en la Ciudad de México, no cuentan con todos los documentos en regla, ya que las aplicaciones encargadas de expedirles la Constancia Vehicular se lo otorgan a unos y a otros no, lo que los deja expuestos en cada revisión oficial.
La Constancia de Registro Vehicular es el documento de identificación de unidades autorizadas por la Secretaría de Movilidad (Semovi), para prestar el servicio de transporte de pasajeros privado, especializado con chofer, mediante alguna aplicación o plataforma.
El descontento de los conductores ha ido en aumento, ya que las revisiones del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) los pone en riesgo al no contar con dicho documento, inicialmente otorgado por las empresas como Uber, Didi o Cabify.
Diversos grupos de conductores de dichas plataformas acusan de llevar muchos meses a la espera de este papel que les permite hacer el pago del trámite, uno con costo de mil 931 pesos, que les daría la tranquilidad de trabajar sin miedo a las revisiones oficiales y la posibilidad de, en algunos casos, perder la unidad que sustenta a sus familias.
La preocupación de una revisión se ha vuelto parte de las constantes que vive Floricel Gutiérrez quien, además, debe preocuparse por brindar un buen servicio al pasajero para conservar una buena evaluación en las aplicaciones en les ofrecer sus servicios.
La conductora con cuatro años y medio de chofer para estas plataformas trabaja por lo regular 10 horas al día frente al volante, y los kilómetros le parecen interminables cuando sabe que los operativos están más intensos ya que, como muchos de sus compañeros, no tiene la Constancia de Registro Vehicular.
"INVEA y SEMOVI nos piden que nos regularicemos, sin embargo, las plataformas para las que trabajamos no nos dan el requerimiento para poder regularnos, ellos no nos dan los medios y no podemos ir de manera independientemente a tramitarlo y pagar", indicó Floricel.
Floricel es madre de dos menores que, al igual que su mamá, dependen de sus ingresos para sostener la casa. Después de dejar a sus hijos en la escuela se dispone a trabajar, hace una pausa para comer en familia, y continúa con la jornada, misma que se extiende a los fines de semana, para conseguir un salario digno.
Ella vive una situación muy similar a la de sus compañeros, quienes podrían perder su fuente de ingresos si, tras una revisión, se llevan su unidad, "si se lo llevan al corralón, son cantidades de 40 a 60,000 pesos que se tienen que cubrir para poder liberar nuestra unidad, y aparte de que se queda detenido alrededor de 30 a 40 días que no trabajamos, más el cobro de arrastre y pensión", dijo Gutiérrez.
A pesar de que este oficio le permite organizar sus horarios para ver a su familia, sabe que es riesgoso y no cuenta con las prestaciones de ley, situación en la que ya se organiza con otros conductores para trabajar en iniciativas de ley.
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