Diputados locales preparan iniciativa con pena de seis años de cárcel a quien drogue a clientes en bares y restaurantes

Martín Aguilar

Aplicar prisión de tres a seis años a quien suministre a una persona fármacos no prescritos, drogas o sustancias psicotrópicas en cualquier bebida dentro de un establecimiento mercantil y ponga en riesgo su vida, integridad o salud, promueve la integrante de la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso de la Ciudad de México, Guadalupe Barrón Hernández.

 

La legisladora priísta estuvo a favor de que la pena se incremente en 50 por ciento, en caso de que se drogue a clientes para cometer delito sexual, secuestro, homicidio, extorsión y robo.

 

Al fundamentar su iniciativa en ese sentido, que se turnó a las Comisiones de Administración Pública Local y la de Administración y Procuración de Justicia del Poder Legislativo local para su análisis y dictamen, calificó de fundamental que se incremente la pena en caso de que la denominada sumisión química vaya en contra de la integridad del sometido, al aprovechar la sedación u otro efecto propio de la sustancia aplicada.

 

Consideró pertinente reformar la Ley de Establecimientos Mercantiles y el Código Penal, ordenamientos capitalinos, al tiempo que aclaró que la sumisión química puede definirse como la agresión sexual, robo, extorsión y maltrato, sufridos bajo la influencia de sustancias psicotrópicas.

 

La representante popular del Revolucionario Institucional expuso que la sustancia puede administrarse de forma subrepticia o aprovechar sus efectos para cometer el delito, por cuanto la víctima ve disminuida su capacidad para identificar una situación de peligro o resistirse a la agresión.

 

Sostuvo que este tipo de conductas suceden con mayor frecuencia en bares y restaurantes de la Ciudad de México, en tanto que las mujeres son las principales víctimas, sin embargo, desde hace varios años los hombres lo han sido de las comúnmente denominadas "goteras".

 

Detalló que el daño ocurre cuando en un establecimiento mercantil en el que se sirve y vende alcohol, una o varias personas, ya sean trabajadoras del lugar o identificadas como supuestos clientes, suministran en la bebida de otra, algún fármaco, droga, sustancia natural o química.

 

Generalmente, esta conducta tiene como finalidad el someter a una persona, reduciéndole su capacidad de entendimiento y decisión para cometer algún delito como abuso sexual, secuestro, robo, extorsión e incluso el homicidio.

 

Barrón Hernández aclaró que este tipo de conductas no están tipificadas como delito en la legislación penal federal, ni tampoco en la legislación penal de la Ciudad de México, situación que es aprovechada por quienes las cometen.

 

Señaló que, actualmente, la Ley de Establecimientos Mercantiles prevé clausura permanente a los establecimientos mercantiles que expendan bebidas adulteradas, o con substancias químicas que puedan afectar la salud del consumidor, disposición que está rebasada por la práctica de sumisión química.

 

Con la iniciativa la congresista del tricolor propone que los establecimientos mercantiles con giros de impacto vecinal y de impacto zonal tengan un control de acceso que verifique que tanto su personal como sus clientes no ingresen con algún tipo de fármaco no prescrito, droga, sustancia natural o química, o cualquier otra, que no sea necesario para estar dentro del establecimiento; de lo contrario, serán cerrados de forma permanente. 


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